miércoles, 24 de noviembre de 2010

¿El fin de la igualdad?

Escribo con mayúscula inicial la palabra Igualdad no por llamar la atención sobre la palabra, sino porque me refiero al ya difunto ministerio. He dudado mucho sin poner el título entre interrogaciones o no, porque a estas alturas poco sabemos sobre el asunto. Los únicos datos que conocemos es que desaparece el ministerio y se convierte en una secretaría de estado dependiente del ministerio de Sanidad, cuya nueva ministra es ni más ni menos que Leire Pajín, jefa directa por lo tanto de nuestra Bibiana Aído.

Parece por lo tanto que nada va a cambiar, salvo si acaso que veremos y oiremos menos a la pensadora Bibiana y más a su nueva jefa, la no menos pensadora Leire. Parece así que la respuesta a la interrogante del título está clara: las políticas de Igualdad seguirán presentes en el gobierno, incluso como uno de los puntos fuertes de su acción política. No obstante quizá sea buen momento para decir unas pocas palabras sobre el difunto ministerio, uno de los grandes disparates del actual gobierno.

Por hoy me ceñiré nada más a insistir en que jamás fue un ministerio con competencias sobre Igualdad. Más que nada porque decir eso es básicamente no decir nada, en la medida en que no se dice cuál es el parámetro de la igualdad. Quiero decir, que para que tuviera algo de contenido habría que decir en qué es la igualdad, en altura, en inteligencia, en nivel económico, etc. En realidad todos los ministerios tienen competencias de “igualdad”: el de fomento cuando hace un ave a Valencia “iguala” a los valencianos con los sevillanos (que ya tenían ave); el de economía iguala a todos los españoles con el impuesto de IVA (“todos los españoles son iguales respecto del IVA”), etc.

El ministerio que nunca fue de igualdad salvo en el nombre, fue siempre un ministerio para la mujer, a imagen de muchas concejalías o consejerías llamadas así. Analizar qué sea eso ya es cuestión que haremos otro día.

Lo que si quiero decir muy claro una vez más es que el principal fin del difunto ministerio que era luchar contra la que llaman violencia de género ha sido un rotundo fracaso: el número de mujeres muertas ha aumentado y el número de hombres muertos ha aumentado. Y además la voz de los hombres maltratados ha quedado ninguneada, vejada y machacada. Las denuncias falsas contra hombres han crecido en progresión geométrica y la impunidad absoluta de las mujeres a este respecto augura un progreso incesante.

El ministerio de igualdad ha logrado que el número de hombres maltratados y hasta de los asesinados se haya disparado. Y también ha conseguido que haya más mujeres asesinadas. Pero la nueva secretaría de estado continuará con las mismas políticas. Así que lamentablemente, nada va a cambiar.