domingo, 25 de abril de 2010

El 70% cree que existen las denuncias falsas.

Dos de cada tres mujeres expresan esa misma opinión.

Un informe realizado por el Instituto DYM concluye que el 70% de los españoles opina que existen falsas denuncias de violencia de género. El estudio aborda distintas cuestiones de la situación actual del divorcio y las relaciones familiares en España y ha sido elaborado a partir de 2000 encuestas, entre hombres y mujeres de entre 16 y 75 años, de las comunidades autónomas de la Península y Baleares.

La amplitud de la muestra, comparable a los barómetros mensuales del C.I.S., le confiere un nivel de confianza del 95.5% y un margen de error inferior al 2,2 %.



Revela el estudio que el 80% es partidario de la custodia compartida entre el padre y la madre en los casos de divorcio con hijos menores, porcentajes que se elevan al 86% en el área metropolitana de Madrid y al 89% en el País Vasco. Entre hombres y mujeres la custodia compartida es preferida en todo caso como primera opción, con pequeñas diferencias de unos cuatro puntos, ligeramente superiores en los entrevistados varones.

Esta situación contrasta con la realidad actual de la legislación vigente. Tras la ley de “divorcio-express” de 2005, las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial revelan que la custodia de los hijos es atribuida por los tribunales a la madre en exclusiva en torno al 90% de los casos, al padre entre el 2 y el 3%, y que sólo en caso de acuerdo entre los dos progenitores se otorga con carácter compartido o alterno entre ellos, en menos del 7% de los divorcios.

Respecto a la vivienda de la pareja divorciada, un 40% es partidario de la venta inmediata y reparto del precio entre los dos, mientras que el 56% considera que, habiendo hijos, debe conservarse mientras éstos no sean independientes. La crisis del mercado inmobiliario y las dificultades para vender la vivienda sin pérdidas parecen pesar sobre tal división de opiniones: en la zona metropolitana de Madrid los partidarios de que no se venda la casa pese al divorcio ascienden hasta el 71.2%,

Sobre la valoración de la legislación vigente desde el punto de vista del principio de igualdad, el estudio concluye que la opinión de la sociedad es mayoritariamente negativa. Un 63% cree conveniente la reforma de la legislación de divorcio, y casi idéntico porcentaje opina que el hombre está discriminado respecto a la mujer por la legislación de familia promulgada por los últimos gobiernos socialistas. Sólo el 10% es partidario de que la ley siga como está. En este tema hay diferencias por razón de sexo y de comunidad autónoma de residencia. Hay veintiún puntos de diferencia entre los hombres que se sienten discriminados (73,5%), respecto las mujeres que admiten que existe dicha desigualdad (51,9%), y el sesgo se acentúa en los tramos de edad con mayor incidencia de divorcios (35-55 años).

En la mayoría de las comunidades autónomas el porcentaje de los que consideran que la vigente ley es discriminatoria contra el hombre se encuentra en torno al 66% de media, mientras en Cataluña baja al 52%. El dato sorprende, pues aunque Cataluña tiene promulgado su propio Código de Familia con variantes respecto de la legislación estatal, las estadísticas de los tribunales catalanes arrojan datos no muy distintos a los del resto del Estado en cuanto a atribuciones de custodias de hijos a mujeres y obligaciones de pago de pensiones a hombres.

El resultado más llamativo es el relativo a la aplicación de la polémica legislación de violencia de género. Es casi siete puntos superior el porcentaje que cree que “algunas mujeres ponen falsas denuncias de violencia de género para obtener ventajas en sus procesos de divorcio” (70%), que los que piensan que hay que reformar la actual legislación de divorcio (63%). En Andalucía la proporción de quienes desconfían de la legitimidad de algunas denuncias llega al 80%. La diferencia de resultados entre hombres y mujeres es claramente inferior en este punto a la que existe en cuanto a la sensación de discriminación legal: Un 75,6% de hombres frente a un 64,4% de mujeres creen que existen falsas denuncias. El porcentaje de suspicaces aumenta en proporción inversa al nivel socio-económico de los encuestados: del 64% de los que se declaran de renta “media-alta”, al 73,1% de los que se consideran de renta “baja”.

Los datos anteriores contrastan con los oficiales facilitados por el Observatorio Estatal sobre Violencia de Género: El informe elaborado en Octubre de 2009 por el “Grupo de expertos y expertas del Consejo del Poder Judicial” para dicho órgano, reiteradamente invocado con posterioridad, sobre el análisis de las sentencias de todas las audiencias provinciales durante 15 meses, la proporción hallada de falsas denuncias fue sólo del 0,19%.

Guadalupe De La Fuente

Tlf:608 314 435

www.abuelosseparadosdesusnietos.org

viernes, 9 de abril de 2010

En el año 2009 se contabilizaron 30 hombres muertos por "violencia familiar".

Las cifras son escalofriantes. Nadie parece dar crédito a lo que lee, pero es la pura realidad. Salta a la vista la "manipulación mediática" a la que estos datos están siendo sometidos. La violencia sobre las féminas ocupan siempre las primeras portadas, y sin embargo la que sufre en hombre a manos de sus parejas ni siquiera recibe una simple nota al margen de los medios de comunicación nacionales.

Como dice el Juez Serrano en su última entrevista en el diario de Cádiz: "La ideología de género nos está imponiendo una dictadura de género".

Ahí les dejo la entrevista:

-Dice usted que una ideología dominante está cambiando la verdad sobre las relaciones de pareja.

-Sí, ése es el gran problema, que nos meten una serie de mitos de pensamiento único, de lo políticamente correcto, que no es forzosamente lo socialmente correcto, que debe ser que los conflictos familiares se resuelvan de una forma armoniosa. Yo promuevo la mediación, la custodia compartida como mejor solución, que se fomente una jurisdicción especializada en familia, promuevo que se reconozca una modificación profunda de la ley del divorcio y de la que va contra la violencia de género... yo no critico una ley en concreto, sino la ideología que está fomentando toda esta situación.

-¿Esa ideología tiene nombre?

-La ideología de género, la ideología de género. Una falsa ideología de la que discrepan muchos profesionales, y muchísimas mujeres, y que parte de un dato falso que todo el mundo termina creyéndose. Ya decía Goebbels que a fuerza de repetir grandes mentiras se convierten en verdades.

-¿Cuál es esa gran mentira?

-La de que la mujer española del siglo XXI está discriminada en las relaciones sociales y en las relaciones personales de pareja.

-¿Hablamos, entonces, de una ideología nueva?

-No, no, lleva ya dominando siete u ocho años. Y nos está imponiendo una dictadura de género dentro del tejido democrático, y está metida en todas las instituciones, y tiene poder económico y poder político. Y también el poder mediático, puesto que contra esto no se puede hablar: han impuesto una ley del silencio.

-También tiene usted su propia idea sobre la mujer maltratada.

-La mujer maltratada sensu strictu es la que sufre una relación de pareja en desigualdad y discriminación ¡que no son todas! Pero interesa decir que son todas y considerar que toda situación de conflicto verbal, o de enfrentamiento entre personas iguales es maltrato por parte del hombre. Eso es una falacia que perjudica, en primer término, a las mujeres maltratadas, a las que no protegemos eficazmente.

-¿Quiere usted decir que hay menos mujeres maltratadas de lo que se afirma?

-Muchísimas menos. Dicen que los datos que yo manejo no son rigurosos, pero es que yo parto de los que dan las instituciones que tienen la obligación de darlos. Lo que yo digo es que la interpretación que dan de esos datos están sesgados. Lo que no se puede hacer es una macroencuesta para saber el número de mujeres maltratadas y preguntarle sólo a mujeres. Habría que hacerles las mismas preguntas a los hombres. Porque ya se parte del prejuicio de que no puede haber hombres maltratados, sólo maltratadores, y al revés con las mujeres.

-¿Usted considera que milita en el campo contrario?

-Es que no debemos militar en campos diferentes, sino en el del género humano, en el que va en contra de las desigualdades. Precisamente lo que no se puede tomar es partido, y menos siendo juez. En todo caso, debemos tomar el partido de los niños. Lo que pasa es que el hecho de la independencia se considera algo pernicioso. O estás conmigo o contra mí.

-Pues usted tiene en contra a mucha gente

-Y a favor muchísima más. Tengo conmigo, seguro, a la sociedad civil ¿A quién tengo en contra?: a quien vive del maltrato, pero del que no es auténtico, que se ha convertido en España en una forma de promoción profesional y promoción política. De esos recibo críticas. Pero la inmensa mayoría, la que se considera en igualdad, está conmigo.

-¿Ha sido usted feminista alguna vez?

-Yo sí, totalmente. Siempre he ido con la igualdad. ¡Si yo he dado conferencias en el Instituto de la Mujer, ante mujeres maltratadas, y me han dado la razón! Porque una cosa es el maltrato, de la mujer que sufre miedo, humillación, vejación y anulación de la voluntad, y otra es las situaciones de conflictividad en las que un hombre y una mujer discuten en un tono airado, por ejemplo, de las pensiones tras el divorcio, o por el régimen de visitas a los hijos.

-Y se denuncia maltrato en esos casos.

-Claro, pero yo creo que en el siglo XXI, es humillante para las propias mujeres el decir que por el hecho de serlo están en inferioridad con respecto a sus parejas ¿Y con eso se justifica una norma de discriminación positiva?

-¿Hay muchos hombres maltratados?

-Claro que los hay. Tengo aquí una lista de nueve de febrero, con quince páginas de agresiones a hombres. Este año van ocho mujeres muertas en España. Es una tragedia que hay que lamentar, pero no se puede olvidar a los cinco hombres que han sido asesinados este año por sus parejas ¡cinco! Y el año pasado yo conté hasta 30. Y no contamos a los hombres que terminan suicidándose por estas situaciones terribles en las que tienen que sufrir el estigma de maltratador, aunque después sean absueltos.

-¿Cree usted que esto cambiará?

-Cuando los políticos se convenzan de que esta política no da votos femeninos. Entonces habrá que reformar esas leyes, la de violencia de género, el Código Civil en materia matrimonial... Lo bueno es que se abra el debate.

-¿Cuál es su concepción de la familia?

-Pues mire, yo estoy casado y con dos hijas. Pero hoy en día se tienen que admitir otras formas, como el matrimonio de homosexuales, familias monoparentales, por supuesto. A mí lo que me molesta es que los que presumen de tolerantes no soporten la discrepancia.